Una de las cosas que no ha cambiado desde mi infancia, y que espero no cambie nunca, es el hecho de enfadarme de manera descomunal cuando tengo hambre.
Al ser consciente de ello me siento jóven. Lo cual me sienta muy bien cuando, desde hace tres años, me quedo un rato dudando cuando me preguntan la edad.
martes
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4 comentarios:
¿Y los moros contais los años como el reto de personas? O eres mas joven todavía por la gracia de ala.
Tenemos calendario lunar, INCULTO!!!!
yo tengo ese cabreo cuando me despierto, pero poco a poco lo voy superando.
un abrazo y encantado
Igualmente encantado
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