lunes

No me molestes que me estoy liberando.

La publicidad, así como nuestra sociedad, se encuentra sumergida en una tremenda crisis provocada por los mayores índices de imbecilismo que se recuerdan.

Los anuncios son, en general, absurdos y obvios. Lo que resulta lógico teniendo en cuenta el "target" de los mismos.

Pero lo que sobrepasa todos los límites es la campaña de los yogures "Activia".

En primer lugar me resulta curioso que están única y exclusivamente dirigidos a público femenino. Lo que nos plantea dos opciones: o al público masculino ya lo tienen convencido o, la que resulta mas probable, les importa un pimiento el tracto intestinal de aquellos que no distinguimos entre "marfil" y "blanco roto".

El eslogan es "Libérate", un complejo juego de palabras propio de un literato como Pérez-Reverte. Y se supone que nos indica que cuando liberes a tu "Nelson Mandela Interior" serás una mujer atrevida, sin miedo. (también podríamos decir inconsciente, pero eso no se refleja en el anuncio, ya que no se ve a ninguna mujer haciendo "balconning" despues de "liberar a Nelson")

Pero lo importante es el spot en sí mismo. De toda la campaña me referiré a uno de ellos.

En él se ve a una mujer que anda entre los cincuentaymuchos y los sesentaypocos y que se enfrenta a una clase de aerobic. Mira desde el cristal con miedo, no sabe si será capaz de aguantar el ritmo. Entonces se toma un Activia y le entra una liberación interior que le permite extender una alfombra verde hasta la primera fila de alumnas y ponerse a bailar como una loca.
Aunque yo creo que la explicación real es que se estaba cagando viva y tenía miedo de que se le escapara una ventosidad en mitad de la clase. Es por esto que se ha tomado un Activia, se ha leido el "Cosmopolitan" dos veces en el váter del "gim" y, ahora que ha perdido casi dos kilos, está en plena forma para dar saltitos y hacer absurdas piruetas.

Como una mera reflexión me pregunto ¿dónde está el Ministerio de Igualdad?, ¿por qué nadie prohibe esos anuncios donde se afirma que la mujer española es estreñida por naturaleza?

Y de regalo: Hay un anuncio de unas ampollas que también ayudan al estreñimiento femenino (Where R U Mrs. Aido?), donde a una de las mujeres se la llevan una especie de "GEOS del popó", simulando lo que se conoce como un apretón inoportuno. Mientras, la otra mujer se congratula de tomar esas ampollas y decidir cuándo quiere "liberar a willy".
Y yo me pregunto: ¿Hacia qué mundo vamos, si premiamos el estreñimiento frente al natural funcionamiento de nuestro organismo?

el miedo que tengo...

Todos los medios, con contadas excepciones, se hacen eco de la preocupación mundial por los avances que pretende llevar a cabo el gobierno de Irán en materia de energía nuclear. Parece ser que van a aumentar el enriquecimiento de uranio hasta el 20%. Lo que provoca que todo el mundo se rasge las vestiduras ante tamaño desafío a occidente.

La verdad es que a mí no me da miedo. No entiendo como todos "hemos picado" en el juego del "enemigo islámico". Es decir, sabemos que EEUU, "gobernado" por el pacificador Obama (aka: empecé siendo un cortao oscurito y voy camino de una leche manchá) e Israel ("territorio" formado por hombres adinerados con ridículos tirabuzones y mujeres con los mayores apéndices nasales vistos hasta la fecha) poseen el mayor armamento nuclear de nuestro querido planeta. Y resulta que nos da miedo que Irán pueda fabricar armas nucleares. ¿No sería lógico preocuparse primero por los que ya lo tienen?

Aunque claro, ellos son los buenos. Por un lado un país que defiende el "dispara primero y pregunta después" y otro que pretende que sintamos pena de ellos por siempre jamás (¡¡qué forma de rentabilizar un holocausto!!).

Pues nada, a preocuparse toca. No vaya a ser que nos caiga una bomba nuclear. Aunque bien visto, en Sevilla se adelantaría mucho con todo el tema de las obras del metro.

La verdad es que a mí lo que me preocupa es que el Betis suba a primera. El resto de cosas, o tiene remedio o no lo tiene. Asi que...

viernes

...ymealegro

A veces siento que vivo ajeno al mundo que me rodea. He desarrollado un "sistema" consistente en buscar el lado malo de toda iniciativa o agrupación social, con el fin de evitar una
implicación seria. Es algo que siempre me he reprochado.

De vez en cuando me encuentro con "cosas" que hacen que me sienta orgulloso de mi condición.

Y me alegro y se me olvidan los reproches.

(he evitado los enlaces porque me hago mayor y no me gusta herir sensibilidades)

jueves

Between, between

Después de casi veintinueve años hay muchas cosas que aún me quedan por descubrir. Soy consciente de ello y por eso no voy por la vida mintiendo. Cierto es que mi ego podría tener un perfil en Facebook con mas “amigos” que las páginas anti-sgae., pero es una cuestión de supervivencia. Ese tópico de “si tu no te valoras ¿quién va a hacerlo?”. Pero a pesar de esto me enorgullezco de saber quién soy, conocer mis limitaciones y vivir de forma coherente a mis pensamientos.
Ayer volvía un bar al que hacía unos tres meses que no iba (la frecuencia viene dada por el sistema de impuestos aplicados por el gobierno a los autónomos y por la cercanía del bar a la empresa que gestiona todos mis asuntos fiscales). Y ya no estaba la familia (¿catalana?) que antaño lo regentaba. En su lugar se encontraban una mujer que se acercaba a los cuarenta y un oriental (chino, según descubrí posteriormente) que aparentaba poco mas de treinta años. Ella se encargaba de las tostadas y él atendía con celeridad y destreza a todos los que se asomaban por la barra del bar. No paraba ni un momento. Saludaba a unos y otros. Establecía el orden de lectura del periódico. Y todo esto mientras bromeaba con la encargada de las tostadas (posteriormente reconocida pareja sentimental del avezado camarero). La verdad es que la estampa resultaba chocante en un primer momento. Pero hizo que volviera a mi cabeza una idea que ya la ha rondado en varias ocasiones.
Y no es mas que el hecho de que vivo en una “tierra” que no es consecuente (entiéndase como “tierra” la porción de terreno que comprende el sur de la península ibérica, omitiendo el Algarve portugués). Y no somos consecuentes porque, nos guste o no, vivimos del turismo. Es algo que debería cambiar, pero que, mientras eso sucede, debemos aceptar. Me cansan los camareros que te miran por encima del hombro, los dependientes que piensan que te hacen un favor por mirarte o todos aquellos que se empeñan en negar esta evidencia. Porque negándolo no conseguirán nada.
Habrá quien diga que con este índice de paro no podemos permitir que nos quiten el trabajo. Pero no olvidemos que, como decía el gran IvÁ, somos un “país de moros”. Aquí si podemos trabajar un poco menos y ganar un poco mas, pues perfecto.
Nos hemos creído ese rollo de que somos europeos pero estamos a años luz de ser la mitad de europeos que nuestros vecinos andorranos.