martes

Gibraltar y las Redes Sociales. Una boda de género.

El 20 de marzo de 1969 se casaban en Gibraltar John Winston Lennon y Yoko Ono. Para muchos fans de The Beatles esta relación fue el motivo de la ruptura del grupo. Y aunque hace poco, Paul McCartney, o el tipo que le sustituyó tras su muerte, lo ha negado, eso quedará siempre como el gran motivo. 
Porque todos necesitamos un motivo para quedarnos tranquilos.

Y el último “motivo” recurrente son las redes sociales. Pasado el día contra la violencia de género (término que se me antoja ambiguo) intento entender por qué se ha decidido “culpabilizar” a las redes sociales del machismo de nuestra sociedad.
No voy a extenderme mucho porque lo considero innecesario. Las redes sociales sólo son una herramienta, como la pistola para un asesino o la espumadera para un cocinero. Lo que cada cual haga con ellas es responsabilidad propia. Uno puede acosar a su pareja por Facebook, o disparar a un inocente o sacar las papas fritas de la sartén. Pero también se puede declarar el amor en un tweet, suicidarse por el remordimiento o usar la espumadera para dar cachetes en el culo a un ornitorrinco (aunque desconozco si tienen culo)
Es lo mismo de siempre. Un motivo para quedarnos tranquilos.

Yo no quiero pagar tu crisis. (Primera parte)

Me llamo Adriano Luna, tengo 30 años, soy autónomo y no quiero pagar tu crisis.


Me incorporé al mercado laboral de forma estable en 2005. Tras pasar casi un año en una empresa y, debido a las buenas expectativas laborales, decidí trabajar por mi cuenta.

Diez meses después, me di de alta como autónomo. Eso me haría ganar menos dinero, pero lo hice pensando simplemente en la cotización. Pensando que necesitaba acumular años a mi vida laboral para poder acceder a una pensión en un futuro. Una pensión que nunca cobraré. Y nunca la cobraré por tu culpa.

Eran tiempos de vacas gordas, tiempo de trabajar cuando y con quien quería. Tiempo de ganar dinero. ¿Y qué hice con ese dinero? Pues gastarlo. Compré tantos libros, películas y discos como quise. Me tomé las cervezas y tapas que deseé. Es decir, "moví mi dinero". Pude haberme planteado comprar una casa, un coche nuevo o montar una empresa. Pero sabía que no duraría para siempre. Sin tener ni idea de macro-economía, entendí que aquello se acabaría y entonces no podría pagar mis deudas.

Asistí con asombro al enriquecimiento de chavales de 17 años que dejaban los estudios para ganar 2000 € en la construcción, se hipotecaban en una o dos casas, compraban coches de alta gama y a nadie parecía importarle.


Hoy es 29 de noviembre de 2011. Yo "voy tirando", especialmente porque no tengo mas relación con los bancos que la de "guardar" mi dinero. Y nuestro país está lleno de morosos y/o parados. ¿Y ahora qué?


Ahora piden ayuda. Ahora, esos que se endeudaron hasta las cejas sin pensar en el "mañana" quieren que el estado les ayude con el dinero de mis impuestos. Y yo no quiero. Yo no quiero pagar tu crisis.

Si tu capacidad de raciocinio no te permite entender que el dinero se va tan rápido como viene, entonces para qué votar. Si quieres que el estado venga a rescatarte porque eres un inconsciente, entonces tampoco eres válido para decidir quién debe rescatarte.



Yo estoy de acuerdo en que el estado debería garantizar una vivienda digna. Pero no es así. Todos sabemos que no es así.

Así que para obtener una vivienda en propiedad, normalmente recurrimos a los bancos para obtener un crédito.

Y los bancos tiene sus "reglas de juego", que pueden ser moralmente deplorables, pero son las suyas. Y si no te gusta, se llevan la pelota.

Quisiste jugar y ahora no te llega ni para espinilleras. Pues lo siento, pero es lo que hay.

Así es el juego. Y así ha sido y será.

Por eso no quiero pagar tu crisis. Yo no guardé mi dinero, lo re-invertí. Y tu te entrampaste por encima de tus posibilidades, amparado en tu inconsciencia.

Por eso no quiero pagar tu crisis. Yo no abandoné mi sector para irme al “ladrillo” a ganar dinero.


Todos nos reímos de los afectados por el “Forum Filatélico”. Pensaban que la alta rentabilidad era ofrecida sólo a ellos como si de unos elegidos se tratara. Y la situación de los morosos actuales no es tan diferente. Podemos culpar a los bancos, pero ellos no han cambiado su forma de actuar desde sus inicios como prestamistas.


Pensaste que el mundo se postraba ante ti. Y sólo lo hacía para reírse en tu cara poco después.


Por eso, yo no quiero pagar tu crisis.

lunes

No me molestes que me estoy liberando.

La publicidad, así como nuestra sociedad, se encuentra sumergida en una tremenda crisis provocada por los mayores índices de imbecilismo que se recuerdan.

Los anuncios son, en general, absurdos y obvios. Lo que resulta lógico teniendo en cuenta el "target" de los mismos.

Pero lo que sobrepasa todos los límites es la campaña de los yogures "Activia".

En primer lugar me resulta curioso que están única y exclusivamente dirigidos a público femenino. Lo que nos plantea dos opciones: o al público masculino ya lo tienen convencido o, la que resulta mas probable, les importa un pimiento el tracto intestinal de aquellos que no distinguimos entre "marfil" y "blanco roto".

El eslogan es "Libérate", un complejo juego de palabras propio de un literato como Pérez-Reverte. Y se supone que nos indica que cuando liberes a tu "Nelson Mandela Interior" serás una mujer atrevida, sin miedo. (también podríamos decir inconsciente, pero eso no se refleja en el anuncio, ya que no se ve a ninguna mujer haciendo "balconning" despues de "liberar a Nelson")

Pero lo importante es el spot en sí mismo. De toda la campaña me referiré a uno de ellos.

En él se ve a una mujer que anda entre los cincuentaymuchos y los sesentaypocos y que se enfrenta a una clase de aerobic. Mira desde el cristal con miedo, no sabe si será capaz de aguantar el ritmo. Entonces se toma un Activia y le entra una liberación interior que le permite extender una alfombra verde hasta la primera fila de alumnas y ponerse a bailar como una loca.
Aunque yo creo que la explicación real es que se estaba cagando viva y tenía miedo de que se le escapara una ventosidad en mitad de la clase. Es por esto que se ha tomado un Activia, se ha leido el "Cosmopolitan" dos veces en el váter del "gim" y, ahora que ha perdido casi dos kilos, está en plena forma para dar saltitos y hacer absurdas piruetas.

Como una mera reflexión me pregunto ¿dónde está el Ministerio de Igualdad?, ¿por qué nadie prohibe esos anuncios donde se afirma que la mujer española es estreñida por naturaleza?

Y de regalo: Hay un anuncio de unas ampollas que también ayudan al estreñimiento femenino (Where R U Mrs. Aido?), donde a una de las mujeres se la llevan una especie de "GEOS del popó", simulando lo que se conoce como un apretón inoportuno. Mientras, la otra mujer se congratula de tomar esas ampollas y decidir cuándo quiere "liberar a willy".
Y yo me pregunto: ¿Hacia qué mundo vamos, si premiamos el estreñimiento frente al natural funcionamiento de nuestro organismo?

el miedo que tengo...

Todos los medios, con contadas excepciones, se hacen eco de la preocupación mundial por los avances que pretende llevar a cabo el gobierno de Irán en materia de energía nuclear. Parece ser que van a aumentar el enriquecimiento de uranio hasta el 20%. Lo que provoca que todo el mundo se rasge las vestiduras ante tamaño desafío a occidente.

La verdad es que a mí no me da miedo. No entiendo como todos "hemos picado" en el juego del "enemigo islámico". Es decir, sabemos que EEUU, "gobernado" por el pacificador Obama (aka: empecé siendo un cortao oscurito y voy camino de una leche manchá) e Israel ("territorio" formado por hombres adinerados con ridículos tirabuzones y mujeres con los mayores apéndices nasales vistos hasta la fecha) poseen el mayor armamento nuclear de nuestro querido planeta. Y resulta que nos da miedo que Irán pueda fabricar armas nucleares. ¿No sería lógico preocuparse primero por los que ya lo tienen?

Aunque claro, ellos son los buenos. Por un lado un país que defiende el "dispara primero y pregunta después" y otro que pretende que sintamos pena de ellos por siempre jamás (¡¡qué forma de rentabilizar un holocausto!!).

Pues nada, a preocuparse toca. No vaya a ser que nos caiga una bomba nuclear. Aunque bien visto, en Sevilla se adelantaría mucho con todo el tema de las obras del metro.

La verdad es que a mí lo que me preocupa es que el Betis suba a primera. El resto de cosas, o tiene remedio o no lo tiene. Asi que...

viernes

...ymealegro

A veces siento que vivo ajeno al mundo que me rodea. He desarrollado un "sistema" consistente en buscar el lado malo de toda iniciativa o agrupación social, con el fin de evitar una
implicación seria. Es algo que siempre me he reprochado.

De vez en cuando me encuentro con "cosas" que hacen que me sienta orgulloso de mi condición.

Y me alegro y se me olvidan los reproches.

(he evitado los enlaces porque me hago mayor y no me gusta herir sensibilidades)

jueves

Between, between

Después de casi veintinueve años hay muchas cosas que aún me quedan por descubrir. Soy consciente de ello y por eso no voy por la vida mintiendo. Cierto es que mi ego podría tener un perfil en Facebook con mas “amigos” que las páginas anti-sgae., pero es una cuestión de supervivencia. Ese tópico de “si tu no te valoras ¿quién va a hacerlo?”. Pero a pesar de esto me enorgullezco de saber quién soy, conocer mis limitaciones y vivir de forma coherente a mis pensamientos.
Ayer volvía un bar al que hacía unos tres meses que no iba (la frecuencia viene dada por el sistema de impuestos aplicados por el gobierno a los autónomos y por la cercanía del bar a la empresa que gestiona todos mis asuntos fiscales). Y ya no estaba la familia (¿catalana?) que antaño lo regentaba. En su lugar se encontraban una mujer que se acercaba a los cuarenta y un oriental (chino, según descubrí posteriormente) que aparentaba poco mas de treinta años. Ella se encargaba de las tostadas y él atendía con celeridad y destreza a todos los que se asomaban por la barra del bar. No paraba ni un momento. Saludaba a unos y otros. Establecía el orden de lectura del periódico. Y todo esto mientras bromeaba con la encargada de las tostadas (posteriormente reconocida pareja sentimental del avezado camarero). La verdad es que la estampa resultaba chocante en un primer momento. Pero hizo que volviera a mi cabeza una idea que ya la ha rondado en varias ocasiones.
Y no es mas que el hecho de que vivo en una “tierra” que no es consecuente (entiéndase como “tierra” la porción de terreno que comprende el sur de la península ibérica, omitiendo el Algarve portugués). Y no somos consecuentes porque, nos guste o no, vivimos del turismo. Es algo que debería cambiar, pero que, mientras eso sucede, debemos aceptar. Me cansan los camareros que te miran por encima del hombro, los dependientes que piensan que te hacen un favor por mirarte o todos aquellos que se empeñan en negar esta evidencia. Porque negándolo no conseguirán nada.
Habrá quien diga que con este índice de paro no podemos permitir que nos quiten el trabajo. Pero no olvidemos que, como decía el gran IvÁ, somos un “país de moros”. Aquí si podemos trabajar un poco menos y ganar un poco mas, pues perfecto.
Nos hemos creído ese rollo de que somos europeos pero estamos a años luz de ser la mitad de europeos que nuestros vecinos andorranos.

Esto no es lo mío, pero al menos soy consciente de ello.

A continuación les muestro un breve extracto, en un alarde de teletransportación, de lo que será el prólogo de mi quinta novela "El devenir de los acotencimientos provoca en mi situación un desconcierto apabullante"

"Terminé mi primera novela a la tierna edad de cuarenta y dos años. Yo me encontraba, por aquel entonces, en pleno desarrollo juvenil y, por tanto, abandonada a mis mas primarios instintos animales. Pocos meses antes se había iniciado mi despertar sexual, y aprovechaba cualquier ocasión para descubrir los placeres que mi cuerpo podía sentir.

Esto a mi padre nunca le pareció bien. Él había pertenecido a un cuerpo voluntario de aduladores de Franco denominado: “Viva Franco. Viva España. Pero sobretodo, Franco”. Para él, el placer sexual era un invento judeo masónico cuyo único fin era desestabilizar el Régimen Nacional y fomentar las teorías filocomunistas de Dèscartes.

Quizás sea este el motivo de que decidiese llamar a mi primera novela, en un alarde de rebeldía post-adolescente, “Tócame la VAGINA”, pese a que trataba sobre la vida de un maestro asturiano durante la guerra civil española.
La verdad es que no tuvo mucho éxito, de hecho se vendieron apenas un par de ejemplares a asociaciones feministas, de carácter radical, que no habían leído la sinopsis.
A pesar de todo mi editor no perdió la fe en mí, e insistía en que yo algún día ganaría el premio Nadal. Bueno, eso o que acabaría con la suculenta herencia que le dejó su madre; una vedete de postín que alardeaba de haberse pasado “por la piedra” a medio Palacio del Pardo.

Mi segunda novela se llamó “La guerra civil española acabó con mi familia”.
En esta cambié radicalmente de óptica y enumeré, en un total de setenta páginas, las doce técnicas de masturbación femenina que yo denominaba “Mis doce amores verdaderos”.
Esta segunda novela resultó todo un éxito. Se vendieron casi cien ejemplares y hubo varios directores de cine interesados en llevar mi obra a la gran pantalla.(evidentemente estos tampoco habían leído la sinopsis)
Mi editor organizó una gran fiesta para celebrar mi ascenso meteórico. Él ya me imaginaba en un reportaje de “Babelia” a página completa. Según supe meses después, el reportaje no se llevó a cabo debido a ciertas discrepancias entre mi editor y el grupo PRISA. Parece ser que Jorge Alberto ( a partir de aquí denominaré así a mi editor, ya que resulta un poco repetitivo aludir a su función en la vida y a que es el nombre que aparece en su DNI, aunque no se parezca en nada a la foto) se había colado en casa de Juan Luis Cebrián disfrazado de oso panda y gritando - “Quiero hacerte el amor en esta noche estrellada”- Parece que esto no gustó al señor Cebrián que denunció a mi editor por “allanamiento de morada”, “escándalo sexual” y “apariencia aberrante” (esto último debido a que había dejado su miembro viril fuera del disfraz)

El día que se presento mi tercera novela, titulada “So Guarra”, supuso un cambio radical en mi carrera."




Continuará (o, probablemente, no)